Retomemos desde Nintendo. Una de las compañías más antiguas de la industria de los videojuegos que en la actualidad domina el mercado. Aun así, ¿qué es una gran empresa sin su digno adversario?, pronto el Famicom/NES de Nintendo tendrían competencia.
LEE TAMBIÉN:
- Mario y Pacman: El primer boom de los videojuegos en Japón
- Star Wars: Outlaws anuncia segunda expansión pese a mala recepción
- “El horror se reinventa”: Entrevista a Benjamín Pozo, Director Creativo de Puppet Project
- GTA VI: Nuevo trailer revela fecha de lanzamiento y retorno de personaje de Vice City
La compañía de las letras azules: El origen de SEGA
Un poco por detrás de la Gran N iba otro corredor al que no le faltaban ganas de ganar la carrera. La historia de este competidor es curiosa: Service Games of Japan fue fundada en Japón por estadounidenses en los años 50. Tras renombrarse como Nihon Goraku Bussan y fusionarse con Rosen Enterprises, en los 60’sel mundo la conoció como Sega Enterprises, Ltd.
Después de más de 20 años con experiencia en las máquinas arcade, el gigante azul se sintió ambicioso por el mercado de las consolas de sobremesa. Las anteriores iban a la baja y, si querían seguir siendo relevantes, tocaba subirse a la mesa.
En 1983, Sega lanzó la SG-1000, el primogénito de la compañía en cuanto a consolas de sobremesa, un rival directo de la Famicom de Nintendo. La consola logró ventas sólidas que superaron las expectativas de la marca, aunque seguía bajo la sombra de la Gran N.

Sin perder tiempo, solo dos años después, Sega sacaría su Sega Mark III, una versión mejorada de la SG-1000. Ni siquiera considerada de la siguiente generación, esta consola estaba prevista para salir de Japón y conquistar Occidente, el mismo plan de Nintendo con la NES. Siguiendo la misma estrategia de la compañía rival, la empresa de letras azules le cambió el nombre a la consola en cuanto salió del continente: ahora la Mark III se conocería como Sega Master System fuera de su país natal. Cabe aclarar que, al igual que la Famicom, la Mark III también cambió su aspecto en Occidente.

A finales de los 80’s, ya se había designado un ganador claro para esa generación de consolas. Mientras la NES consolidaba su éxito en Japón y Estados Unidos, la Sega Master System, pese a tener completa compatibilidad con los juegos de la SG-1000, no logró competir contra el dominio de Nintendo, sus contratos con desarrolladores de terceros y su respetado sello de calidad.
En una carrera contra ellos mismos, Sega decidió adelantarse a su competencia. Para 1988, en exclusiva para Japón, lanzó su siguiente consola: la Mega Drive. Un año después, como ya era costumbre, la consola sufrió un rediseño y cambio de nombre antes de cruzar el Océano Pacífico. El resto del mundo la conocería por un nombre mucho más famoso, la Sega Genesis.

Con sus poderosos 16 bits, esta consola demostró una marcada potencia superior en comparación con la generación pasada. En ese momento, el único competidor importante era la NES, la cual decayó en potencia frente a este nuevo rival. Si Nintendo quería seguir dominando, tenía que adentrarse de igual manera en la nueva generación. Esto era una GUERRA.
Nintendo vs SEGA: El comienzo de la guerra de consolas
Dos años le tomó a la Gran N responder el golpe de Sega. A diferencia de su rival, ellos no se molestaron con la originalidad del nombre: un simple “Super” precediendo al nombre de la consola bastaba para señalar que esta era la versión superior, una que venía a competir directamente con la Genesis de Sega. La Super Famicom o Super Nintendo, lanzada en 1990, era una declaración de Nintendo diciendo: “No nos quedaremos atrás”.
En Sega se lo tomaron personal y decidieron plantar cara a Nintendo, no solo en cuanto a las consolas, sino como marca en general. Si la Gran N hacía algo, ellos lo harían mejor. Con esta mentalidad, se enfocaron en dar una imagen que contrarrestara a la de su competencia: si Mario era un personaje amigable y familiar, Sega debía intentar que su “elegido” los representara de forma opuesta.
Apelando a la juventud estadounidense de esa época, la imagen que buscaba Sega para su marca era la de rebeldía, de lo “cool”. Esta sería su bandera y ondearía los colores de Sega desde entonces. Con diferentes propuestas en mente y buscando la mejor representación posible de su comunidad, la marca azul presentaría un videojuego que no solo se volvería el rostro de la empresa, sino el rival de Mario en la guerra de consolas.

En 1991, se lanzó Sonic the Hedgehog como respuesta a la franquicia más icónica de Nintendo, consolidando de esta forma a Sonic como la mascota y símbolo de Sega. Este movimiento ayudó a que la Genesis ganara popularidad en América del Norte. Entre 1991 y 1993, la competencia entre la Genesis y la SNES se intensificó con campañas de marketing agresivas, como el eslogan de Sega: “Genesis does what Nintendon’t”. Ambas compañías lucharon por asegurar juegos exclusivos y mejorar sus tecnologías.
La publicidad era legendaria. Otras compañías intentaron adentrarse en la guerra, pero la batalla entre el rojo y el azul, el erizo contra el plomero, era tan despiadada y con comunidades tan grandes que finalmente tuvieron que salir del estadio. Esto era entre Sega y Nintendo.
Desde 1988, Nintendo planeaba sus siguientes pasos. El retraso de su respuesta a la Genesis les había costado, y a la ya ambiciosa marca le pasaría de nuevo: quería innovar, y eso significaba estar a la altura de la tecnología más reciente.

Nintendo VS Sega: La desesperación de la Gran N
Por primera vez, la Gran N tenía competencia, y sabía que si no hacía un avance rápido, podría estar en problemas. Ahí es cuando las mentes detrás de la empresa de videojuegos más antigua del mundo miró hacia una tecnología que, en ese entonces, resultaba revolucionaria.
Hasta ahora, los cartuchos ROM habían sido la norma, un estándar que se había mantenido en la industria desde su invención. Pero ahora se quedaban cortos para juegos con mejores gráficos y mayor capacidad. Afortunadamente, la tecnología había avanzado, y existían nuevas formas de almacenamiento, una de ellas bastante revolucionaria: los CDs.
Nintendo sabía muy bien que estos discos eran el futuro, y aunque su consola más reciente, la SNES, había sido creada para mantenerse con el estándar de los cartuchos, ya era hora de actualizarse. Sabían de videojuegos, pero esta era una tecnología nueva, y la mejor opción en ese momento era aliarse con otra compañía que entendiera este formato. Lo que no sabían, era que al tratar de derrotar un rival, los creadores de Mario y Pokémon estarían creando un competidor que lo acecharía hasta el día de hoy.
¿La semana que viene? Vamos a hablar del origen de una de las consolas más importantes de todos los tiempos. La Playstation.